Los refrescos. De la farmacia a nuestras casas.

Por: SAC

Actualmente para escoger un refresco basta con abrir el refrigerador de cualquier tienda o supermercado. Los hay de sabores, sin sabor o amargos. En presentación mini o familiar. Vidrio o PET. Con azúcar o sin azúcar. Las combinaciones parecen infinitas. Pero ¿te has preguntado cómo surgió esta bebida burbujeante que nos encanta a todos?

El origen.

Para muchas culturas las “aguas curativas o milagrosas” tenían una gran importancia. En el caso de los romanos, se trataba de agua de manantial carbonatada naturalmente, la cual era transportada desde lugares como Francia en botellas especiales para evitar que perdieran su efervescencia. Obviamente debido al costo solo los ricos tenían acceso a esta agua. Los romanos la conocían como aqua saltare.

Uno de los manantiales más famosos es de donde proviene el Agua de Seltz, llamado así por la ciudad de Selters en Alemania. Famosa por su alto contenido en dióxido de carbono, bicarbonato de sodio, iones de calcio, cloruro, magnesio y potasio.

En el siglo XVI se empezó a comercializar y para el siglo XVIII se dice que se exportaban millones de botellas al año. Por lo que algunos entusiastas vieron un negocio en la producción y comercialización de un producto similar.

Los primeros intentos.

En 1685, el rey Carlos II de Inglaterra dio permiso a dos boticarios para extraer agua y tratarla para uso del rey y sus cortesanos.

A partir de eso momento varios doctores y farmacéuticos se dieron a la tarea de poner burbujas al agua. Tal es el caso de los doctores Hales y Back, quien en 1745 consiguieron carbonatar agua mediante carbonatos alcalinos fabricados artificialmente a través del calor.

En 1750, Gabriel F. Venel, un médico, farmacéutico y químico francés, añadió polvos efervescentes al agua convirtiéndola en agua de Seltz.

Entre 1780 y 1785, algunos físicos, descubrieron un gas que era indispensable para la obtención de burbujas en el agua, el inglés Joseph Priestley lo llamó “aire desflogistizado” (que era en realidad dióxido de carbono), el químico sueco Carl W. Scheele, lo llamó “aire ígneo”, y el químico francés Antoine de Lavoisier (quien por cierto era amigo de Priestley), lo llamó oxígeno.

Las primeras carbonatadoras.

Casi al mismo tiempo que se descubría el oxígeno y el dióxido de carbono, Torbern O. Bergman, químico sueco, descubría algunas formas de crear agua mineral artificialmente.

El médico inglés, John M. Nooth, toma como base una máquina desarrollada por Priestley, en la cual inyectaba aire al agua para tratar algunas enfermedades respiratorias, muchas máquinas posteriores toman como base el modelo de Nooth.

Estas investigaciones e inventos se desarrollaban desde 1770, y era debido al uso que se le daba al agua que se realizaban exclusivamente por médicos, químicos o farmacéuticos.

Muchos de ellos lograron exitosamente agregar polvos al agua o a través de agregar gas para crear efervescencia y darle las mismas características que el agua mineral natural.

Una vez inventado el sistema para producir agua carbonatada, hubo que inventar envases capaces de contener la efervescencia. Estos envases debían no solo soportar la presión del interior sin romperse, también debían mantener las burbujas hasta el momento del consumo.

Fue cuando apareció lo que conocemos como sifón moderno, llamado en sus orígenes Vase Syphoide, fue obra del parisino Antoine Perpigna, que encajó en la cabeza del sifón una válvula que se cerraba mediante un resorte.

También hubo otros sistemas, como los seltzógenos, en los que la reacción del ácido tartárico y el bicarbonato sódico desprendía el anhídrido carbónico que se mezclaba con el agua, y por último los sifones que funcionaban con cargas individuales de gas, como el Prana Sparklet Syphon, el Blitz-Siphon o el auto-sifón Altisent.

Hubo muchas personas que ayudaron al perfeccionamiento de las máquinas carbonatadoras, pero no fue, sino hasta que llegó el inglés John Matthews e inventó la máquina que permitía carbonatar grandes cantidades de agua, suficiente para poder venderse de manera masiva a las farmacias, boticas u otros comercios.

Se trataba de la fuente de sodas y consistía en una cámara con plomo, ácido sulfúrico y mármol pulverizado (carbonato de calcio) que al estar mezclados producían dióxido de carbono (CO2) gaseoso. El gas era enviado a un tanque de agua fría donde se lo agitaba unos treinta minutos para disolver el gas. El líquido viajaba a través de un tubo y salía por un grifo. Esta máquina de fuentes de soda catapultó las ventas de bebidas carbonatadas o gaseosas.

De esta manera las sodas (nombre que se le da al agua cuando se le añade ácido carbónico) se volvieron muy populares en todo el mundo.

Los inicios del refresco alrededor del mundo.

En 1783, llegaría a Ginebra, Suiza el alemán Johann Jacob Schweppe, quien inventaría la primera máquina creada específicamente, para inyectar burbujas a un refresco, lo haría para crear la soda llamada agua tónica. Motivado por el éxito moderado de su bebida, en 1790 se muda a Londres, pero a los ingleses no les gustó mucho el sabor, por lo que tuvo que conseguir un socio para salvarla. Sería Erasmus Darwin (¡sí, el abuelo de Charles Darwin!), quien siendo médico creía que el agua tónica era buena para curar dolores de estómago, fue él quien salvó a Schweppe y a su empresa de la quiebra.

Esta bebida se haría mundialmente famosa cuando los soldados ingleses a finales del siglo XIX eran enviados a India y les recetaban tomarla todos los días para combatir la malaria (debido a la quinina que contiene para darle su característico sabor) y ellos la mezclaban con ginebra, creando el famoso Gin-tonic.

En 1807, el norteamericano, Philip Syng Physicks, padre de la cirugía estadounidense, buscaba mejorar los remedios para las úlceras, por lo que recomendó tomar esta bebida gaseosa y para mejorar el sabor propuso mezclarla con jarabes de frutas, el farmacéutico Townsend Speakman, dio a sus pacientes el remedio de acuerdo con las indicaciones del Dr. Physicks, el “tratamiento” costaba $1.50 dólares por mes y consistía en un vaso diario de la bebida. La bebida fue un rotundo éxito y la combinación más solicitada consistía en jarabe de cereza negra y azúcar pura de caña.

A finales del siglo XIX, llegaría el Ginger Ale, refresco que al inicio se vendía en los bares del Reino Unido como “cerveza de jengibre sin alcohol”, su receta fue perfeccionada por el farmacéutico John James McLaughlin, mejoró el sabor y añadió más burbujas para semejar a la champaña. Actualmente es uno de los refrescos más consumidos en el mundo.

En 1903 nacería el mito de una de las aguas minerales más famosas del mundo, se trata de la marca Perrier, que extrae el agua del manantial de Bouillens ubicado entre Nimes y Montpellier en Francia. Este manantial se explota desde 1769, pero es hasta 1898 que Louis Perrier adquiere los derechos que impulsa su consumo como un producto de lujo a nivel mundial.

Los refrescos de cola.

Debido a su gran popularidad en el mundo, la historia de los refrescos de cola merece ser contada aparte.

A nivel mundial el consumo de estos refrescos representa el 59% del consumo total de refrescos. Por lo que definitivamente son muy importantes para la industria.

La primera fue Coca-Cola, fue inventada por un farmacéutico norteamericano llamado John S. Pemberton, el cual era un adicto a la morfina debido a que tuvieron que tratarle horribles heridas que se hizo luchando en la Guerra de Secesión. Cansado de esta terrible adicción hizo varias pruebas y en 1886, lanzó su refresco llamado Coca Cola, el cual contenía agua carbonatada, nuez de cola, vino y hojas de coca (¡sí, cocaína!). La bebida fue un éxito debido a que irónicamente causaba una gran adicción.

Cuando inicio la prohibición o Ley Seca en Estados Unidos, tuvo que prescindir del vino e incluyo cafeína.

Debido a que nunca pudo superar sus adicciones estuvo en bancarrota varias veces, viéndose obligado a vender parte de su compañía a diferentes empresarios. Antes de su muerte tuvo que vender lo último que le quedaba de acciones a Asa Griggs Candler por $1750 dólares de la época.

Posteriormente la FDA amenazó con cerrar la compañía si no modificaban la fórmula para disminuir la porción de cocaína en su contenido.

La hoja de coca en las culturas andinas tiene diversos usos tradicionales, de la planta se extrae la infusión que alivia el “soroche” o mal de altura, tiene propiedades analgésicas y cuando las hojas se mascan dan energía, reprimen el hambre, la sed y el dolor.

Actualmente Stepan Company es la única empresa en Estados Unidos que importa, con supervisión de la DEA, hojas de coca de Perú y Bolivia, para la industria farmacéutica y para la producción del famoso refresco.

Pero no te preocupes, esto no significa que este refresco actualmente contenga cocaína, ya que se utiliza la hoja de coca “descocainizada”, ya que la hoja pasa primero por un proceso en donde se extrae el alcaloide para su uso en la industria farmacéutica y el sobrante se convierte en el saborizante de la receta secreta.

El refresco Pepsi nació en 1893, un farmacéutico de nombre Caleb Bradham, desarrollaría una receta a base de extractos de nuez de cola, vainilla y “aceites raros”, el primer nombre de la bebida sería Brad’s Drink, pero en 1898, fue cambiado a Pepsi Cola, debido a la pepsina, una enzima que se produce en el estómago que favorece la digestión y Cola, por la nuez de cola.

Se vendía bastante bien a inicios del siglo XX, sin embargo, muchos malos manejos llevaron a la compañía a la quiebra y el empresario Charle G. Guth compró la compañía en 1931 para restructurarla por completo.

En los años 60’s, Pepsi se fusiona con Frito Lay para crear Pepsico, convirtiéndose en una de las empresas más grandes del mundo en el área de botanas.

A partir de ese momento se dio una lucha sin cuartel entre estas dos compañías, provocando que tuvieran grandes presupuestos en publicidad que acentuaban esta “guerra” de marcas.

Con la llegada de la televisión y los comerciales esta lucha creció más creando bandos llamados Team Coca o Team Pepsi. En los años 90’s e inicios del siglo XXI la publicidad llegó a su punto máximo y las compañías no tenían miedo ni pudor de mostrar a su “rival” dentro de sus pautas publicitarias creando verdaderas obras de arte.

Los refrescos en México.

México no fue indiferente a la creación de refrescos. De hecho, también cuenta con sus propios manantiales como los de Topo Chico en Nuevo León y Tehuacán en Puebla que dieron origen a refrescos a finales del siglo XIX. Aquí mencionaremos algunos de ellos, unos han desaparecido, otros han sido comprados por grandes corporaciones y otros resisten valientemente contra las grandes multinacionales.

1880. La empresa El Manantial SA, fundada por Ángel Solorza González, al parecer a partir de la fusión de las refresqueras La Eureka y La Azteca, esta última creo el refresco Tonicol, refresco sabor vainilla típico del noroeste del país que puede conseguirse en algunas tiendas naturistas de la Ciudad de México.

1895. Manuel L. Barragan comenzó a embotellar el agua mineral del famoso Cerro del Topo Chico, ubicado en Monterrey, Nuevo León. El manantial se hizo famoso debido a la leyenda de una princesa mexica que curó su “rara enfermedad” después de beber del “agua milagrosa”, parte de su imagen muestra ese momento. Esta marca y su refresco Topo Chico era solo conocida en el norte del país y en Estados Unidos, a partir de que The Coca Cola Company adquirió la marca se puede encontrar en todo el país.

1902. La compañía Sidral Mundet, fue una compañía creada por Arturo Mundet, quien deseaba ofrecer un producto tipo champaña, por lo que en sus inicios este refresco estaba cerrado con corcho. Tenía la característica que era pasteurizado debido a problemas de fermentación por lo que el resultado era un refresco dulce. Fue de las primeras en tener 3 líneas automáticas que podían producir 120 botellas por minuto. En 2002 fue comprada por The Coca Cola Company.

1912. La compañía refresquera La Pureza, ubicada en Tamaulipas y propiedad de Leo Fleishman, comenzó su propia línea de refrescos de sabores a los que inicialmente llamó Squezee y después Scuis. Fue la primera empresa que tuvo la concesión en México para embotellar Coca Cola. Actualmente forma parte del grupo The Coca Cola Company.

1918. El empresario Manuel Castrejón Gómez, dueño de la refresquera La Vencedora crea el refresco Yoli (diminutivo de Yolanda, hija del empresario) en Taxco, Guerrero. Este refresco solo disponible en sabor limón estaba disponible únicamente en esa región. Desde el 2013 forma parte de The Coca Cola Company.

1928. En este año, José Garci Crespo fundó la empresa Manantiales de Tehuacán SA, en 1948 cambiaría su nombre a Manantiales Peñafiel SA. En 1992 fue adquirida por Cadbury-Schweppes. En 2008 estas empresas se separan y la dejan a cargo de Dr. Pepper Snapple Group que opera en México bajo el nombre de Grupo Peñafiel.

1937. La compañía Del Fruto lanzó un refresco sin gas, al cual llamó El Naranjo, años después cambiaría su nombre a Chaparrita, dado su tamaño característico que no rebasa los 255 ml en cada envase. La marca después diversificó al empezar a producir refrescos con gas y añadió Sangría Señorial, Barrilitos y Trébol a sus marcas. Actualmente es producida por Distribuidora Mezgo.

1940. Una de las empresas más icónicas en México es la Refresquera Pascual, la cual fue fundada a inicios de los años 40’s por Rafael Jiménez Zamudio. En los años 80’s el gobierno aumento el salario mínimo y la empresa de Jiménez Zamudio no quiso acatar el decreto, por lo que sus trabajadores se van a huelga, la refresquera se convierte en Cooperativa Pato Pascual después de que los trabajadores ganaran la lucha. El refresco Boing y Lulú son los refrescos representativos de esta marca.

1948. Abelardo García Arce crea en 1931 la compañía Tepeyac, Hielo y Refrigeración. En 1948, se fusiona con la refresquera La Pureza y forman la Embotelladora Aga, típica del occidente del país. Sus refrescos distintivos son los Caballitos y Sidral Aga.

1950. El refresco Titán, fue creado por la empresa Robina Hermanos, en 1960 fue adquirida por Orange Crush y actualmente está en manos de la Embotelladora y Comercializadora BALMI.

1965. Fundada por la familia García Carrera en Córdoba, Veracruz, nace la Embotelladora El Jarochito, en la actualidad en esta planta procesan desde el envase hasta los concentrados manteniendo así los estándares de calidad que caracterizan el sabor de este refresco.

El consumo de refresco en México.

Después de ver algunos ejemplos sobre la variedad de refrescos que tenemos en México, no es de extrañar que seamos el primer consumidor de estas bebidas a nivel mundial.

Algunos estudiosos señalan que la falta de agua potable en comunidades alejadas influye a que lo único que sus pobladores consuman sea refrescos. Otro factor podría ser el acaparamiento de ríos o manantiales por parte de algunas refresqueras y embotelladoras que limita que los pobladores en esas zonas se vean también obligados a priorizar el consumo de refrescos sobre el agua.

Cualquiera que sea el factor, México es el primer consumidor de refresco en el mundo con 163.3 litros per cápita al año.

Nada con exceso, todo con medida.

Si bien los refrescos pueden aportar hidratación y energía, su consumo en exceso puede tener consecuencias en nuestra salud como detonador de la obesidad, trastornos metabólicos y caries, en casos extremos diabetes tipo II o hipertensión.

Es muy importante mantener una dieta balanceada, hacer ejercicio diariamente y no consumir bebidas azucaradas en exceso.

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